sábado, 5 de mayo de 2012

EL FRÍO DE LA MUERTE

   Cuando se entra en el Monasterio de Santa María de Palazuelos la primera impresión que se tiene es la del frío de la muerte que hay en su interior. Un frío que te hace sentir la desolación del lugar; un frío que se mete en tu espíritu y te hace llorar. Llorar de impotencia; llorar por la dejadez en la que el lugar ha quedado por el paso de los años y por la inactividad.

   El Monasterio de Santa María de Palazuelos nació en el siglo XII y ha llegado al XXI con más penas que glorias. Parte de su techumbre está caída; los animales muertos aparecen a tus pies en cualquier rincón, allá donde la parca los encontró. Una pintada recibe al visitante y una pila de piedras caídas lo animan a irse de allí sin mirar atrás

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